EL PROCESO DE CREACIÓN

Pensar la creación es iniciar un viaje del que no estamos seguros cuál será su destino. Como diría el director colombiano Cristóbal Peláez, la labor del director es de un ciego que guía a otros ciegos. “Huellas Digitales” no escapa a esta vertiginosa tarea.

Teníamos tres certezas: la primera que se trataba de un proyecto de investigación-creación; la segunda, que la creación se constituiría en el final de la trilogía de la línea de investigación de “teatro y nuevas tecnologías” del grupo de investigación “teatro, cultura y sociedad” de la Universidad de Caldas. La última certeza que la población con la cuál trabajaríamos eran jóvenes privados de la libertad.
Por las razones anteriores y sobre todo la última, el trabajo debía enfocarse a pasar por la experiencia con los jóvenes, con su Encuentro, relatos, ideas, frustraciones y logros. Ocho meses continuos de taller de cuerpo, actuación, música, reuniones, exploraciones, fueron fortaleciendo una relación entre quienes íbamos del mundo exterior y quienes habitan el mundo interior.

Los ciegos, viajeros del mundo exterior, provocábamos diferentes acciones que los jóvenes iban traduciendo en movimientos, canciones, relatos, emociones. Ante la pregunta ¿Cómo surge la creación? Debemos responder: de la relación humana, del contacto, de sentir al otro, de respetar la diferencia, de comprender la realidad que unos y otros vivimos.

Aceptar el error cometido en la vida y querer salir de él, fueron las pistas que dieron paso a una pasión que desde el arte se fue volviendo forma. Fueron los palos de los ciegos. La coreografía emerge del contacto del cuerpo, de la máscara que representa nuestro interior, de la música que hace latir el corazón de jóvenes que están vivos aún.

El recorrido tres veces a la semana entre Manizales y Montenegro, los tiempos de encierro para los ensayos, las puertas, restricciones, esperas, fueron abriendo el espacio y el tiempo del performance. Un performance que nace de múltiples viajes y que se convierte en uno más para el espectador.
¿De dónde nace la creación? del Encuentro con “fantasmas” con quienes queremos provocar “apariciones”.

Un encuentro de dos: ojo a ojo, cara a cara.
y cuando estés cerca te arrancaré los ojos
y los colocaré en el lugar de los míos,
y tú me arrancarás los ojos
y los colocarás en el lugar de los tuyos,
entonces te miraré con tus ojos,
y tú me mirarás con los míos
(J.L. Moreno, 1995)